Parece que en los últimos años
renace el llamado Peplum, es decir, el cine de romanos que durante la
década de los 50 y 60 del siglo pasado produjo muchas películas sobre el
mundo clásico. Desde Gladiator no se ha dejado de utilizar el mundo
clásico como fuente de inspiración para escribir guiones. La última
película estrenada en el mes de abril en España ha sido Pompeya
(Pompeii), en la que una historia de amor nos lleva a vivir los últimos
días de la ciudad, hasta que el Vesubio acaba sepultándola bajo las
cenizas y la lava. Como casi todas las de este tipo, ciertamente no
pasará a la historia del cine como una gran película, pero para los
amantes del mundo clásico y, sobre todo, para los que están empezando a
entrar en contacto con él, los alumnos, puede ser interesante.
En
este sentido hay que destacar la ambientación de la película, en la que
se pone bastante cuidado. No hay que olvidar que hay mucha información
sobre Pompeya gracias a los hallazgos arqueológicos y a los restos
conservados. En la película hay algunos planos cenitales que permiten
ver la ciudad desde el aire de manera muy semejante a como era en el año
79 d. C. También se recrean bastante bien las calles de la ciudad, con
sus pasos de peatones, sus aceras elevadas, las marquesinas y las
fachadas de casas, el interior de las tabernas, el foro, los mercados.
Dentro de las domus o villas se pueden apreciar muy bien los espacios
más característicos como el atrio o el peristilo. En la vía que desde
Roma llega a la ciudad se ven los sepulcros a un lado y a otro, antes de
atravesar las puertas de Pompeya. Y, por supuesto, al ser una película
en la que uno de los protagonistas es un gladiador, puede observarse el
anfiteatro de la ciudad con todos sus detalles: el podio decorado, la
tribuna, los gladiadores y los espectáculos en los que participaban, las
gradas y los vomitorios, el velarium, la arena y el entramado de
dependencias que había bajo ella. También se puede ver el funcionamiento
de las escuelas de gladiadores y el trato dado a los esclavos.
En
cuanto al argumento, la historia cuenta cómo un niño superviviente de
una matanza llevada a cabo por los romanos en Britania es hecho esclavo y
gladiador. Finalmente es llevado a Pompeya para participar en los
juegos de la ciudad y conoce casualmente a la hija de un noble pompeyano
que quiere realizar una serie de reformas en la ciudad, para lo cual
invita a un senador romano que llegará desde Roma a supervisar los
proyectos. Este senador pretendía ya en Roma a la hija del noble
pompeyano y se convertirá en el antagonista de la historia, al impedir
la historia de amor prohibido entre la joven y el gladiador. El ritmo de
la película se mantiene vivo hasta el final, ya que el foco pasa de los
juegos gladiatorios a la erupción del Vesubio y sus consecuencias y no
da tiempo a aburrirse.
En
resumen, una película para ver en familia y utilizar como pretexto para
hablar de Pompeya, de arqueología y del mundo antiguo.
A continuación puede verse el trailer de la película.
A continuación puede verse el trailer de la película.