Mis alumnos de primero de bachillerato van a visitar en abril Praga en viaje de estudios. Los de segundo ya disfrutaron de esa maravillosa ciudad el año pasado. Hasta aquí, todo bien. Lo que no me parece tan bien es que no conozcan la Ciudad Monumental de Cáceres, siendo ésta el Tercer Conjunto Monumental de Europa después de Praga y Tallin, tal y como la declaró el Consejo de Europa en 1968, además de ser también Patrimonio de la Humanidad.
- En el palacio de los Golfines de Arriba hay una inscripción romana.
- ¿Dónde está ese palacio?
- Cerca de la plaza de San Mateo.
- ¿Y dónde está esa plaza?
Esta es una conversación real entre un profesor de latín y unos alumnos que viven en Cáceres. No me lo podía creer. Pero así somos en este país: nos cuesta mirar a nuestro alrededor y no apreciamos ni valoramos suficientemente lo que tenemos más cerca. Por supuesto, tampoco sabemos venderlo. Curiosamente este año nos acompaña en clase Cecile, una alumna americana, que está encantada con nuestra ciudad antigua y la conoce mucho mejor que algunos cacereños.
En fin, que esta situación me parecía poco razonable. Así que preparamos un paseo por la Ciudad Monumental de Cáceres con el objetivo de mostrar a los alumnos la historia de Cáceres, centrándonos sobre todo en sus orígenes romanos y en las huellas que todavía hoy pueden observarse en la ciudad antigua de la ciudad romana fundada por Cayo Norbano Flaco. Por supuesto, con el pretexto de descubrir los restos de la muralla romana y de seguir el paseo epigráfico sugerido por Antonio Rodríguez, paseamos entre los palacios, iglesias y conventos que fueron construidos en los siglos posteriores y que conforman hoy los edificios más emblemáticos del conjunto monumental.
En nuestro paseo partimos de la Plaza Mayor, en la que explicamos la fundación de la ciudad en el 35 a. C. por Cayo Norbano Flaco o tal vez por César, según algunos historiadores. Se dejó claro que la antigua ciudad de Norba, que acogió a los veteranos de la Norba italiana, de donde era el propio fundador, estuvo, sin ninguna duda ya tras las excavaciones realizadas por Hugo Chauton en el palacio de Mayoralgo, en el casco histórico actual. Esta ciudad romana fue abandonada en el siglo V. Fue ya en el siglo XII con la llegada de los almohades cuando volvió a habitarse la ciudad. En 1169 Fernando II la reconquista. En 1170 se crea la Orden de los Fratres o de los caballeros de Santiago. En 1173 el caudillo árabe Abu Ya'qub, que da nombre a la torre de Bujaco, la reconquista de nuevo para los musulmanes. Éstos amurallan la ciudad con tapial sobre los basamentos de granito de la antigua muralla romana. Por fin, el 23 de abril de 1229 Alfonso IX incorpora definitivamente la ciudad al reino de León. Desde este momento se edifican palacios, casas nobiliarias, iglesias y conventos principalmente durante los siglos XV y XVI.
Continuamos nuestro paseo en el foro de los Balbos, junto a la reproducción del genio protector de la colonia, popularmente conocido como la diosa Ceres. Después nos dirigimos a la torre de la Hierba y a la torre del Aver, para apreciar los restos de la muralla romana. Entramos en la ciudad por la puerta de Mérida, ya desaparecida, donde leemos el epitafio de Quinto Cecilio. Seguimos hacia el barrio de San Antonio o la antigua judería y desde allí hacia el Arco del Cristo o la Puerta del Concejo, única puerta que mantiene sus sillares romanos. Por el adarve del Cristo, siguiendo la muralla, llegamos a la puerta de Coria, donde estuvo la puerta norte de la ciudad romana. Allí leemos el epitafio de Plubio Trebio y contemplamos los restos mejor conservados de la antigua muralla romana.
Seguimos hacia la plaza de Santa María, pero antes nos detenemos en el Palacio de Carvajal, para contemplar la maravillosa maqueta de la ciudad monumental que allí se encuentra y situarnos en el plano. Aprovechamos para ver el patio del palacio y el centro de interpretación sobre las comarcas extremeñas. En la oficina de turismo nos dan algunos folletos informativos, como si fuéramos turistas al uso.
Frente al palacio de Mayoralgo comentamos la importancia de las excavaciones arqueológicas que se han llevado a cabo en él, con las que se ha podido demostrar que Norba Caesarina estuvo en el casco histórico actual. Continuamos hacia el palacio de los Golfines de Abajo para encontrar y leer la inscripción funeraria incrustada en su torre. Luego nos dirigimos a la fundación Mercedes Calle en el Palacio de los Becerra y hacia la Casa del Mono, donde hay una inscripción romana también incrustada en la fachada. Seguimos hacia la calle Olmo, para ver la inscripción romana del Palacio de los Golfines de Arriba. A continuación atravesamos la calle Conde, en la que también pudimos ver dos inscripciones romanas, y cruzamos la plaza de San Mateo y la de las Veletas para terminar nuestro paseo en el Museo Provincial. Aquí completamos con los objetos de su colección nuestro paseo histórico por la ciudad.
Ya estoy un poco más tranquilo. Creo que mis alumnos cacereños conocen la Ciudad Monumental algo mejor que antes, casi tan bien como Cecile. Sólo les queda conocerla en profundidad. Pero eso es ya trabajo de otros.
Ya estoy un poco más tranquilo. Creo que mis alumnos cacereños conocen la Ciudad Monumental algo mejor que antes, casi tan bien como Cecile. Sólo les queda conocerla en profundidad. Pero eso es ya trabajo de otros.
Pueden verse unas imágenes de la actividad pulsando aquí.