Hoy, 23 de marzo de 2015, ha comenzado la Semana Cultural del centro. Mis alumnos de Latín y Griego han representado una obra de teatro con la que pretendían enseñar algunas historias de la mitología clásica a sus compañeros de 2.º de ESO. Hasta aquí nada especial. Se han aprendido sus papeles, se han buscado las telas, pelucas y aderezos para caracterizarse y con audacia se han puesto delante del público durante casi dos horas. Lo sorprendente del caso es que durante estas dos semanas, en las que hemos estado a todo correr, han sido ellos los que no han perdido el ánimo. Porque he pasado varias noches sin dormir, lo reconozco. Los ensayos han sido casi inexistentes: que si conservatorios, escuelas de idiomas, danza, estudios, imposibilidad de espacios, el centro cerrado, ausencia de algunos personajes, el día del centro, los últimos exámenes... Y qué se puede decir del guion. Porque también lo hemos tenido que escribir y reescribir en una semana escasa. En fin, todo estaba preparado para una gran hecatombe. "Que no te preocupes, que todo va a salir bien" he escuchado esta misma mañana, horas antes de la actuación, cuando estábamos haciendo un último ensayo (el tercero ni más ni menos) y mi cara debía de ser reflejo de cierta incredulidad. Y hasta aquí supongo que tampoco nada especial en estos casos. Lo sorprendente es que durante estos días y sobre todo cuando el telón se ha desplegado mis alumnos me han mostrado todo aquello de lo que son capaces: cómo han vencido el miedo escénico, si es que alguna vez lo tuvieron, incluso los más reservados e introvertidos, qué aptitudes para la interpretación de algunos, qué capacidad para memorizar en tampoco tiempo esos monólogos, qué frescura en la improvisación, qué maravilla de interrelación con el público... Me he quedado boquiabierto. Parece mentira que durante dos e incluso tres años uno no conozca apenas a sus alumnos. Hoy me siento muy orgulloso de ellos. Y es que, a ver si lo aprendo de una vez, no todo está en los libros. Aún más, a veces lo que no está en los libros ni en las aulas ni en la red es sin duda lo más importante y lo más útil. Hoy todos mis alumnos han obtenido un diez en audacia, motivación y compromiso; y yo un rotundo cero, por desconfiado e ignorante. Eso sí, me habéis dado una de las mejores lecciones. Enhorabuena, chicos, porque habéis estado geniales.
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Este es el blog de José María Alegre Barriga, profesor de Cultura Clásica en el IES Profesor Hernández Pacheco de Cáceres. El objetivo del mismo es recopilar en él los recursos didácticos utilizados en clase como complemento a la enseñanza de las asignaturas de Griego, Latín y Cultura Clásica.
lunes, 23 de marzo de 2015
Una noche en el museo.
Publicado por
José María Alegre
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