Comienza un nuevo curso escolar y es el momento de escribir unas palabras de bienvenida a los alumnos que, tras un verano en el que han descansado de sus tareas académicas, vuelven a las aulas con muchas ganas de continuar aprendiendo.
Este curso entra en vigor la LOMCE, una ley que ha levantado muchas ampollas, sobre todo porque no ha sido consensuada convenien-temente; un error grave que se sigue cometiendo una y otra vez y que ha provocado los continuos cambios que venimos experimentando en educación a lo largo de estos últimos 20 años. La educación debe estar por encima del color político, al menos en sus fundamentos. Pero bien conocida es la incapacidad de los políticos para sentarse y ponerse de acuerdo en cuestiones tan básicas. Una lástima. En fin, que otra vez tenemos novedades en la oferta educativa y en las materias que los alumnos deben estudiar. Y otra vez, como siempre, en las humanidades esos cambios son mayores que en otros campos. Este curso la LOMCE se aplica en 1.º de ESO, 3.º de ESO y 1.º de Bachillerato. Concretamente la asignatura de Cultura Clásica ha desaparecido de 3.º de ESO en Extremadura. Todo parece indicar que estos ajustes responden más bien a cuestiones de recolocación de plantillas orgánicas que a cuestiones técnicas o pedagógicas. El caso es que ha supuesto que este año no haya alumnos de Cultura Clásica. Por otro lado, el Latín de 1.º de Bachillerato no puede elegirse junto a las Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales, aunque una resolución de septiembre vuelve a permitirlo para el curso próximo. En el centro se ha diseñado un itinerario filológico en 1.º de Bachillerato con Latín y Griego asociados. Sólo cinco alumnos lo han elegido. Nos parecen pocos, comparando el número con años pasados, pero hay alguna explicación, que no vamos a dar en esta entrada.
Como no importa tanto la cantidad como la calidad, estamos contentos, porque siguen teniendo presencia nuestras materias en todos los niveles y no faltan alumnos capaces que quieren realizar estudios lingüísticos para afrontar con éxito sus estudios filológicos universitarios o recibir una formación sólida que les permita acceder con garantías de éxito a estudios históricos, de educación o similares.
Por tanto, queridos alumnos, os damos la bienvenida y os animamos a trabajar sin complejos para que al final del curso se aprecie en vosotros la huella que dejan las humanidades clásicas en los que disfrutan con su estudio.También podréis entender, si no lo habéis hecho ya, el chiste que acompaña a estas palabras.