El viernes, 23 de diciembre, acudí al cine, al que reconozco que últimamente no soy muy asiduo, para celebrar el comienzo de las vacaciones. Decidí ver la película Immortals, en la que vuelve a utilizarse la Cultura Clásica, concretamente la mitología griega, como base de un guion cinematográfico. En fin, aunque no soy muy amigo de ver este tipo de películas, que anteponen la taquilla a la calidad artística, había visto no hacía mucho 300, película de los mismos productores en la que se relata la batalla de las Termópilas, uno de los episodios más famosos de las Guerras Médicas narradas por Heródoto en sus Historias, en el que Leónidas hace gala de su compromiso con los demás griegos ante la invasión persa además de su valentía y ardor guerrero, como buen espartano que era. No me disgustó la película de 300, con una estética propia del cómic y un guion bien construido, tal vez porque la referencia de Heródoto no se perdió nunca. Como recurso educativo, reconcozco también su valor: la educación y la vida en Esparta, la obra de Heródoto, la historia de Grecia... son temas que pueden ilustrar el aprendizaje de los alumnos. Tal vez estas fueron las razones que me animaron a acudir al cine para evitar pasar una vez más una tarde de viernes anodina.
La película Immortals, cuya página oficial es http://www.immortalsmovie.com/splash/, aunque es posible también consultar en español la dirección http://www.immortals-lapelicula.es/, es una película en la que el guion se aparta considerablemente de las historias originales de la mitología griega que lo sustentan.

En fin, la película no me ha gustado, aunque sirvió para hacer algo diferente una tarde fría de invierno. No soy crítico de cine, ni lo pretendo, pero me temo que no será una de las mejores películas de su historia. Se abusa de la retórica estética y queda vacía de contenido narrativo. Destacan los decorados y los ambientes, así como algunas escenas de batallas, en la que los efectos especiales consiguen un mayor realismo. Por otra parte, algunas veces se abusa de la violencia, con escenas innecesarias y que no aportan nada a la trama narrativa.
En resumen, otra historia más del bien contra el mal enmarcada en la mitología griega. Tal vez sea esto lo más positivo para los amantes del Mundo Clásico: la pervivencia de éste en las manifestaciones artísticas del siglo XXI. Por supuesto, como recurso para las clases, todo es aprovechable: la pervivencia del mito en el arte, la Teogonía de Hesíodo, Homero, las aventuras de Teseo, los dioses griegos, los oráculos... ¿Qué profesor de Clásicas, a estas alturas, no sabe sacar provecho de cualquier cosa para motivar a sus alumnos?