Hoy en clase de latín no voy a trabajar con mis alumnos de segundo de bachillerato ningún texto de Eutropio ni nada parecido. Hoy vamos a cantar flamenco. Ya sé que, dicho así, podría parecer un disparate, pero de vez en cuando no viene mal una infusión de motivación extra. El hecho de trabajar con textos de cantantes de moda que los alumnos conocen facilita mucho las cosas, como ya comentamos en la entrada anterior, sobre todo para enseñarles a traición. Lo primero que hacemos es comentar y estudiar la letra de la canción en latín. En nuestro caso los alumnos conocen muy bien este tema de Rosalía que acaba de ganar un Grammy. Lo que no saben todavía es que con él repasarán las oraciones de infinitivo con su propio sujeto en acusativo, aprenderán el presente de subjuntivo, recordarán las oraciones subordinadas introducidas por ut, las interrogativas indirectas, o volverán a ver ejemplos de la conjugación perifrástica y del gerundio, contenidos que acabamos de presentar hace unos días en clase. Y lo mejor de todo es que lo aprendido lo retendrán, al menos como referente, durante bastante tiempo. Y encima, para rematar la jugada, al final cantamos la canción todos juntos en latín y lo pasamos estupendamente. Ya sé que esto podría parecer un disparate, pero para enseñar latín la cosa se está poniendo cada vez más malamente.